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Protección Forestal

Consejo de Administración Forestal (FSC)

La certificación forestal es una iniciativa desarrollada por varias ONG ecologistas que consigue, con una correcta administración de los bosques, conservarlos y fomentar el consumo responsable entre los consumidores.

En 1996 el Consejo de Administración Forestal (FSC en inglés), en el que se agrupaban organizaciones de 25 países, ratificó un documento que establecía 10 principios generales con sus correspondientes criterios sobre gestión forestal aplicables a cualquier bosque del mundo. Tres años después, el FSC y su junta directiva ratificaron la última versión del texto, concebido para «servir de guía» a la hora de desarrollar los patrones regionales, según las características propias de cada país o región. De esta forma se armonizan -sin ser iguales- los requerimientos exigidos a cada país. Y es aquí, según el FSC, donde radica su éxito. La certificación FSC se constata como una «herramienta de mercado» que persigue una gestión forestal basada en unos mínimos. Para ello, se exige al propietario forestal que quiera vender su madera -y además se comprueba en el terreno- y a la sociedad en general, que las prácticas forestales realizadas son las más adecuadas. Se trata en definitiva de conceder un reconocimiento internacional a su buen hacer y a compromiso con los valores ambientales y sociales. Esto, sumado a la diferenciación en el mercado que obtiene su producto mediante la etiqueta FSC, son las ventajas que desde el Consejo de Administración Forestal se ofrece a las madereras para que participen en esta iniciativa.

¿Cómo se obtiene la certificación forestal?

 Existen dos tipos: certificación de la gestión forestal -ya sea de forma individual o en grupo- y certificación de la cadena de custodia. La primera, garantiza la correcta explotación de los bosques y la segunda realiza un seguimiento de los productos extraídos de los mismos en los procesos de transformación y suministro. Aunque no es necesario que el 100 por ciento de la producción de la maderera sean productos FSC, pero debe cumplir un porcentaje mínimo fijado en el 70 por ciento. El certificado de la cadena de custodia tiene una validez de 5 años e incluye auditorias de seguimiento cada seis meses. Todo el proceso de cómo se explota el monte o bosque y el seguimiento posterior lo realizan organizaciones comerciales -que previamente han sido autorizadas por el Consejo de Administración Forestal- o sin ánimo de lucro. Actualmente hay 10 entidades de certificación forestal y dos de ellas, SGS Forestry Qualifor Programme y Smart Wood Program de la Rainforest Alliance, operan en España.

Consumo responsable

Las etiquetas suponen para el consumidor una garantía de que en la elaboración del producto que está adquiriendo se han respetado los derechos de las comunidades indígenas, de los trabajadores y el medio ambiente.

Empresas sensibilizadas

La demanda de productos FSC se produce sobre todo en los países industrializados, aunque se está extendiendo a otros como Brasil. Dicha demanda se materializa en un número cada vez mayor de empresas que prefieren comprar productos certificados antes que sin certificar -son ya cerca de 670- y que se han agrupado en torno a la Red Internacional de Bosques y Comercio, coordinada por WWF internacional de forma independiente ya que no hay ningún vínculo con la organización Consejo de Administración Forestal (FSC en inglés).

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