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Cómo funcionan las bombillas de bajo consumo

La iluminación es uno de los aspectos de la decoración del hogar que más debemos tener en cuenta. Dependiendo del tipo de luz, del modo en el que incide o de la potencia con la que contamos, podemos variar la sensación que trasmite una estancia, creando una mayor o menor amplitud y calidez.

Además de los aspectos estéticos, debemos saber de los económicos y medioambientales. Conociendo el funcionamiento, las características y los distintos tipos de bombillas podremos crear un ambiente acogedor, ahorrar energía y dinero.

Datos sobre su funcionamiento

Un hilo con una resistencia eléctrica elevada se calienta al paso de corriente emitiendo luz: esto corresponde al principio de las lámparas de incandescencia. El primitivo hilo de grafito original se ha transformado hoy día en un doble filamento de wolframio, y en el interior de la lámpara no existe el vacío; está lleno de gases que evitan la combustión del material incandescente, favoreciendo el ahorro energético.

Aunque las bombillas incandescentes estándar son las más habituales, su rendimiento sigue siendo bajo y son las de menor duración, aproximadamente unas 1.000 horas.

La instalación no varía respecto de las tradicionales, ya que la rosca y el casquillo son idénticos al de éstas. Además, el catálogo es extenso: alargadas, las más comunes; en forma de globo, indicadas cuando estén a la vista; con forma de anillo, para lámparas de techo; con reflectores para dirigir el haz; o con la forma más típica, se adaptan a todas los requisitos de tamaño y decoración.

Algunos modelos incorporan un sensor a la luz natural. Indicadas para exteriores, son muy apropiadas como complemento en la seguridad del hogar: cuando anochezca, se encenderán de forma automática, dando la sensación de que la casa está habitada.

Además, el número de horas de duración varía, por lo que nos fijaremos en este dato a la hora de adquirirlas. Algunas llegan hasta los ocho años. Aunque el desembolso en éstas es el más importante, en realidad, el ahorro es mayor. En cuanto a la potencia, también encontramos variedad, siempre inferior a la de las incandescentes: una bombilla de bajo consumo de 23 W equivale a una de 120 W del segundo tipo.

Tipos de bombillas

Bombillas incandescentes: poseen un filamento de tungsteno que se ilumina al calentarse. Son las más habituales y emiten un halo luminoso ligeramente amarillento.

Bombillas con ahorro de energía: las más comunes están basadas en un sistema semejante a los tubos fluorescentes, con unaluzfría y blanca. Son más duraderas que las bombillas ordinarias y su consumo es mucho más bajo.

Bombillas incandescentes reflectoras: tienen un baño reflector plateado que evita que la luz salga por la zona frontal, evitando así el deslumbramiento producido por la luz directa. Proyectan una suave luz indirecta adecuada para lámparas bajas o zonas de lectura.

Bombillas halógenas: emiten una luz blanca y están especialmente indicadas para usarse con reguladores de potencia. Por su pequeño tamaño, bajo consumo y alta capacidad de iluminación son utilizadas en la mayoría de las lámparas empotradas.

Tubos fluorescentes: proyectan una luz muy blanca y radiante, con un bajo consumo de energía, por lo que son ideales para zonas de trabajo. Es una luz muy fría, por lo que son poco agradables en zonas de descanso y ocio.

Factores a la hora de elegir una bombilla

El color de la luz: puede ser más o menos blanca, e incluso existen bombillas coloreadas para potenciar ambientes más cálidos.
La intensidad: dependerá del número de fuentes de luz y de la actividad prevista en la zona iluminada.
La situación de la fuente de luz: lámparas de techo, luz indirecta, luces bajas, etc.
La economía: existen modelos de bombillas que consumen menos energía y tienen una duración mayor que los tradicionales.
La estética: en algunos casos, la forma y el color de la bombilla pueden estar integrados en el diseño de la lámpara.

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